Se cumplen 12 años de la cruel masacre de 17 salvadoreños que murieron calcinados y baleados a manos de pandilleros

Es considerado el ataque más sangriento a manos de las pandillas y eriza la piel de cualquier persona, recordar por el contexto de violencia y político que vivía El Salvador en el año 2010, donde murieron niños, jóvenes y adultos.

El suceso fue originado por una disputa entre las pandillas MS y 18 que por décadas pelearon territorios, y la muestra más evidente que al caer la tarde del 20 de junio de 2010, los terroristas secuestraron y desviaron la ruta programada de un microbús de la ruta 47.

Sin mediar palabra los pandilleros de la 18 a punta de pistola obligaron al conductor de la mencionada unidad de transporte a trasladarse donde unos días atrás había fallecido “Crayola”, un pandillero tras un intercambio de disparos con la la mara salvatrucha.

Para cobrar la muerte de Crayola, los pandilleros de la 18 rociaron gasolina en las entradas de la unidad de transporte y los accesos, luego procedieron a darle fuego, sin importar que había una niña menor de dos años, jóvenes, adultos jóvenes y adultos mayores.

En un abrir y cerrar de ojos el microbús de la ruta 47 se convirtió en un origen de feroces llamas, que con mucho ardor consumió la vida de unas personas, mientras que otras con muchas quemadas en su cuerpo salieron de las llamas intentando salvar su vida, fueron recibidos por una lluvia de balas, por los mimos pandilleros que provocaron las llamas, sin piedad alguna.

Los pocos sobrevivientes de este sangriento y despiadado suceso, no solo fueron victimas de los pandilleros, también lo fueron del gobierno de Mauricio Funes, que poco después se alió con las pandillas para obtener beneficios personales/electorales negociando la vida de miles de salvadoreños.