Bukele acabó con el símbolo de las pandillas en cementerio

Hace dos años, el gobierno del presidente Nayib Bukele decidió acabar con un peligroso simbolismo que habían creado las pandillas durante los años en que estos grupos criminales controlaban por medio del terror el territorio salvadoreño.

Su control y sometimiento sobre los salvadoreños honrados se había extendido más allá de las actividades y sitios cotidianos donde la población desarrollaba diariamente su rutina, como un mensaje macabro de que ellos dominaban prácticamente todo.

El 1 de noviembre de 2022, un grupo de reos en fase de confianza procedieron a demoler unas 60 lápidas de pandilleros muertos, las cuales se ergían dominantes y claramente identificadas por sobre el resto de tumbas de personas comunes en el cementerio de Santa Tecla.

La impunidad y señal de dominación de las pandillas había llegado hasta ese punto en El Salvador, durante los gobiernos anteriores al del presidente Nayib Bukele, y el mandatario se encargó de confirmar que su lucha contra las pandillas iba en serio y contra cualquier expresión que hiciera alusión y promoción de estas estructuras criminales.

En las lápidas de los pandilleros, sus responsables no tenían la intención de pasar desapercibidos sino, más bien, querían hacer sentir su presencia y estas llevaban escritas hasta el nombre de la clica de la que era integrante el difunto, así como su alias criminal, además del nombre de la mara a la que pertenecía.

El presidente Bukele impulsa una guerra contra las pandillas que combate a todo nivel la presencia de estos grupos terroristas y eso incluye tanto la búsqueda y captura de los integrantes de estos grupos como la destrucción de su simbología en diferentes expresiones como las conocidas como «placas» pintadas en superficies, como la de esas lápidas que para este 2 de noviembre, Día de Los Difuntos, solo serán un mal recuerdo de una época oscura para los salvadoreños.